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La adormidera. Legado Neolítico en el mundo Ibérico.

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Los usos de la adormidera se han venido registrando en el mundo ibérico a lo largo de su historia mediante su utilización como motivos decorativos en diferentes soportes. Este artículo pretender averiguar estos usos a través del estudio de sus representaciones sobre algunos objetos cotidianos y simbólicos hallados en la Comunidad Valenciana.

Para ello nos vamos a centrar en los dos ejemplos más representativos y conocidos de esta familia de angiospermas, la amapola o papaver rhoeas y la adormidera o papaver somniferum. Estas hierbas, da carácter generalmente anual, remontan su historia a la introducción de la agricultura en períodos del neolítico peninsular.

El origen de las amapolas se sitúa acompañando al cultivo y por ello las localizamos en el próximo oriente, de donde son originarias las mieses. Este es el motivo por el cual encontramos a estas plantas en casi todas las regiones de la península, habitando campos de cultivo y bordes de caminos. Mientras que, por el contrario, el origen de la adormidera no nos es tan exacto; según Font Quer (2001) la península ibérica contaría con una especie autóctona, mientras que se desconoce de dónde procedería la especie cultivada. Sin embargo, las cronologías de ambas especies están datadas ya en el neolítico, con el hallazgo de sus semillas en cuevas como la de los Murciélagos o la de La Lámpara (Guerra, 2006; Juan-Tresseras y Villalba, 1999). Sin embargo, dentro del contexto íbero-valenciano, los restos hallados son escasos y sólo se han encontrado semillas en los yacimientos de Kelin, dentro de una vivienda, y en El Castellet de Bernabé.

Los usos los podemos evidenciar gracias al hallazgo de semillas en las diferentes excavaciones arqueológicas, normalmente dentro de un contexto doméstico. Así mismo, gracias a estos hallazgos arqueológicos podemos imaginar otros muchos usos posibles como los ornamentales o los decorativos.

Por otro lado, estas herbáceas serían utilizadas debido a sus principios activos, especialmente los de la adormidera, que sería cultivada debido a sus propiedades medicinales, puesto que contiene sustancias narcóticas de las que se extraen la morfina o codeína (Ribera y Obón, 1991) utilizados hoy día como analgésicos, somníferos e incluso para la obtención de sustancias estupefacientes como la heroína. Las amapolas, que cuentas con estos activos, pero en menor proporción, sabemos que eran utilizadas en el mundo antiguo para realizar infusiones para facilitar el sueño o para producir remedios paliativos de la tos (Berdonces, 1998; Ribera y Obón, 1991).

Sin embargo, debemos tener en cuenta que, aunque ambos individuos son especies diferentes, son difíciles de distinguir en el contexto arqueológico, pues a veces los únicos registros que nos llegan son representaciones figurativas, la mayoría abstractas o incluso si hallamos los restos, estos suelen ser insuficientes para su identificación.

En el mundo ibérico los únicos restos que se han podido conseguir son semillas y partes de sus órganos reproductores, de los que sí se pueden conseguir diferenciar un taxón del otro, debido a sus particularidades (el disco estigmático de la adormidera, situado en ambas especies en la parte superior del fruto, cuenta con un número de radios que van desde 8 a 15, mientras que la amapola tiene de 7 a 12 (DÍAZ, 1986).

Disco estigmático de una amapola donde la disposición del estigma en forma de disco, las zonas receptivas se disponen de forma radial. Fuente

 Las representaciones

Los mayores registros de uso y conocimiento de estas hierbas adventicias se han realizado a través de sus representaciones iconográficas sobre distintos soportes. Aun así, estas representaciones artísticas conllevan un grado de dificultad, ya que algunos motivos pueden producir confusión sobre qué imagen vegetal estamos viendo, un ejemplo es la problemática que suponen algunos diseños bastante semejantes al fruto del granado y que pueden llevar a confusión, evitando su correcta identificación. Si prestamos atención, a la hora de representar las papaveráceas, destacan los radios propios de los discos estigmáticos. Además, se suelen representar en ramillete, apareciendo en menor medida en solitario, sin embargo, tenemos el ejemplo de esta representación en solitario  de una papaverácea hallado en la Serreta.

Detalle de papaverácea. Yacimiento La Serreta. Fuente.

Uno de los soportes más empleados es la cerámica, donde las flores serían recurrentes motivos figurativos a la hora de pintar las piezas. Esta decoración vegetal ha sido documentada en seis yacimientos adscritos dentro de una gran área geográfica y también han permitido establecer que las piezas preferidas para esta decoración serían los kalathos y las tinajas. Un ejemplo de esta preferencia es el kalathos hallado en la Torre del Mal Paso, yacimiento donde se han hallado restos atribuidos a las primeras poblaciones durante el Calcolítico, así como estratos de inhumaciones de época ibérica, donde vemos seis cápsulas redondeadas, con sus radios y que  confirman esta forma de representar estas flores formando conjuntos.  Además, debemos señalar que estos motivos no aparecen solos, sino que suelen ir acompañados por representaciones faunísticas, normalmente de aves.

kalathosPodemos ver esa dicotomía flora y fauna en estos ejemplos, donde vemos fragmentos de cerámica decorados con aves de especie sin concretar picoteando la adormidera, como en el fragmento de la Serreta, que procede de un kalathos fragmentado hallado dentro de la necrópolis, lo que acentúa su sentido simbólico.

Estas aves sin determinar son frecuentemente representadas en la decoración cerámica, quedando solamente superada en número por las representaciones de caballos. Los hallazgos se concentran principalmente en el área geográfica de la costa levantina peninsular y la cronología de estas pinturas es propia de los siglos III al I a.C.

Kalathos de gran tamaño. Yacimiento: La Serreta. Fuente.

Estos recipientes suelen decorarse y ofrecerse en tumbas o durante ritos señalados. Debido a las propiedades atribuidas a la adormidera, no sería extraño atribuir estas representaciones a esta especie, puesto que los contextos rituales y funerarios estarían perfectamente asociados a las interpretaciones y usos que se le dan a esta planta.

En cuanto a la escultura, tenemos un ejemplo interesante y único, como es la que se ha llamado la dama sedente de la Alcudia, una imagen esculpida que se encuentra reconstruida y que se supone que representa a una mujer que sostiene en su mano derecha un ramillete de cápsulas, presumiblemente de adormidera. La simbología de la estatuaría femenina ibérica se enmarca dentro de un contexto casi exclusivamente funerario, como por ejemplo la dama de Baza. En adición a lo que este tipo de representaciones nos puede aportar en cuanto al uso de la planta, puede que esta figura nos esté indicando que la gestión de la droga podía depender de la mujer. Estas administradoras podían ayudar a los moribundos a morir en paz, facilitando este tránsito, haciendo el vínculo de la adormidera con la muerte y el sueño mucho más estrecho. Así mismo, estas mujeres calmarían el dolor de la gente o suministrarían las sustancias a los hombres para afrontar mejor las batallas durante los conflictos bélicos.

dama sedente 1

Por otro lado, la adormidera a parte de ser un símbolo asociado a ritos de transito a la muerte, lo vemos también dentro del ámbito femenino, a la hora de contraer nupcias. Estas representaciones ayudan a reflejar el uso que las distintas sociedades a lo largo del Mediterráneo y sobre todo en la península ibérica de los usos directos y las representaciones del P. somniferum.

Es interesante pensar que, aparte de relacionar a la adormidera con la muerte o el sueño, su representación en las armas nos apunta también a su uso como calmante del dolor, buscando quizás al añadirlas a la decoración de la pieza augurar un buen combate, una muerte indolora o evitar un enfrentamiento. Así mismo, puede que se nos esté indicando que la mayor parte de la sociedad que consumía la adormidera serían los varones, al igual que la estatua de la dama nos indicaba el papel de la mujer en el ciclo de este estupefaciente.

Gracias a la arqueología, la paleobotánica y las fuentes clásicas, el uso y la iconografía de las Papaveráceas se encuentra ampliamente documentado.

Bibliografía |

DÍAZ, T. E. “Papaver somniferum L”. En CATROVIEJO, S. et al. (eds.), Flora Iberica, Vol. I, 409, Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid.1986.

BERDONCES, J. L. Gran enciclopedia de las plantas medicinales. El Dioscórides del tercer milenio. Tikal Ediciones, Madrid. 1998.

GUERRA, E. Las drogas en la Prehistoria. Evidencias arqueológicas del consumo de sustancias psicoactivas en Europa. Ed. Bellaterra, Arqueología, Barcelona. 2006.

FONT QUER, P. Plantas medicinales. El Dioscórides renovado. Península, 3ª ed. Barcelona. 2001.

JUAN-TRESSERRAS, J.; VILLALBA, M. J. “Consumo de adormidera (Papaver somniferum L.) En el Neolítico Peninsular: el enterramiento M28 del complejo minero de Can Tintorer”. En Actes del II Congrès del Neolític a la Península Ibérica. Saguntum. Extra-2, Valencia, 399-404. 1999.

RIBERA, D.; OBÓN, C. Guía Incafo de las plantas útiles y venenosas de la Península Ibérica y Baleares (Excluidas Medicinales). Incafo, Madrid. 1991.

MATA, C. (coord.). Flora Ibérica. De lo real a lo imaginario. Serie de Trabajos Varios del S.I.P.111.Diputación de Valencia. 2010.

MATA, C. (coord.). Fauna Ibérica. De lo real a lo imaginario (II). Serie de Trabajos VariosdelS.I.P.111.Diputación de Valencia. 2014.

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